El narco que emuló la casa de Pablo Escobar en un pueblo de Granada, España

El Nata es un presunto
delincuente de Santa Fe (Granada) que ha replicado en una parcela a las afueras
de su localidad algunas de las partes más simbólicas de la Hacienda Nápoles, la
gigantesca residencia que el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, fallecido
en 1993, se construyó a finales de los setenta a 180 kilómetros de Medellín
(Colombia) y que incluía varias piscinas, zoológico y pista de aterrizaje.
El
Nata admira a Pablo Escobar. Y hasta donde ha podido, de hecho, ha querido
replicar su modo de vida. Y aunque El Nata esté ahora mismo en la cárcel, no es
esa la similitud. Es la vida fuera de prisión la que ha querido duplicar. El
Nata es un presunto delincuente de Santa Fe (Granada) que ha replicado en una
parcela a las afueras de su localidad algunas de las partes más simbólicas de
la Hacienda Nápoles, la gigantesca residencia que el narcotraficante colombiano
Pablo Escobar, fallecido en 1993, se construyó a finales de los setenta a 180
kilómetros de Medellín (Colombia) y que incluía varias piscinas, zoológico y
pista de aterrizaje.
El Nata fue detenido el miércoles en su vivienda. A plena
luz del día, una docena de guardias civiles entraron en su calle, bloquearon el
acceso y lo arrestaron. Pero no es su hogar lo que llama la atención. Se trata de
una casa normal en una calle normal del pueblo. Solo una cámara de seguridad al
final de la fachada indica que el dueño quiere saber quién se acerca a su
puerta. En esa morada normal vive El Nata, un hombre de unos 40 años según
quienes lo conocen, con su esposa y sus dos hijos pequeños.
Lo llamativo está a apenas
cinco minutos a pie. Justo donde terminan las últimas casas del pueblo y la
calle asfaltada se convierte en un camino de tierra. Allí llama la atención un
enorme arco blanco con la inscripción “Hacienda” en el frente y “Nápoles” en
cada uno de los lados. Y coronando la entrada, una avioneta blanca, con una
raya azul de cabina a cola, una bandera de Colombia y la matrícula HK-617. Para
quien no haya visto la serie Narcos de Netflix o no tenga la misma afición que
El Nata por Pablo Escobar, basta decir que se trata de una réplica exacta de la
entrada que el narcotraficante colombiano tenía en su Hacienda Nápoles
original. Y de la avioneta, matrícula incluida.
La Hacienda de Escobar
tenía una superficie aproximada de 2.000 hectáreas. La granadina es más
modesta. Apenas 7.000 metros cuadrados, algo menos de tres cuartos de hectárea.
No hay animales exóticos, pero, aun así, también el interior quiere parecerse
en su modestia a la Hacienda Nápoles original. En el centro de la pista, una
especie de chiringuito, marcado también con la palabra Nápoles, preside la zona
de sombrillas y de la piscina, de dimensiones considerables y con forma de
ocho. Junto a la ducha, una imagen de una mujer en biquini y de espaldas, a
escala mayor de lo normal. Un vecino comenta que “esa parcela la utilizaban
mucho en verano, allí pasaba la familia mucho tiempo”.
La Hacienda Nápoles
granadina no tiene vivienda construida, solo una caseta de obra. La finca está
dividida en dos. En la parte de delante, la zona de ocio. En la parte trasera,
un descampado donde probablemente escondía lo que no debía ser visto.
El Nata
ha sido detenido en el marco de una operación internacional contra el
narcotráfico de la Guardia Civil que ha desvelado el Ideal de Granada y de la
que no se quieren dar detalles porque no está cerrada.
Lo cierto es que al
presunto narco le han incautado tres coches de gama alta. O muy alta. Un vecino
cuenta sobre el ahora detenido que nunca han sabido “realmente” en qué trabaja:
“Él decía que se dedicaba a traer vehículos de gama alta desde Alemania por
encargo”. Y añade: “Este verano trajo un Ferrari rojo que decía que era para un
cliente de Marbella, pero que, mientras sí y mientras no, él lo iba a
aprovechar un tiempo”. Alargó el tiempo de disfrute hasta que el miércoles
pasado se lo confiscó la Guardia Civil.
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